LA BALLESTA EN LA ESPAÑA MEDIEVAL Y LA RECONQUISTA
Reproducción de este artículo de J.L. Castillo dado el interés que tiene por la escasa documentación que sobre la época hay al alcance de cualquier aficionado y que José Luís ha tenido a bien recopilar y proporcionarnos la información de este trabajo. De antemano gracias por compartirlo.
En la España
medieval de los siglos XII y XIII en plena reconquista, es notable la amplia
utilización y difusión de la ballesta en todos los reinos
cristianos por no decir de uso exclusivo, contrariamente a la creencia
del uso del arco, como principal arma arrojadiza. Quizás las ventajas
del uso de la ballesta se impuso: poca especialización y fácil
aprendizaje, la ventaja en su uso en batallas o racias de poca envergadura,
asalto y defensa de fortificaciones y su gran potencia y poder de penetración
en los blindajes de los señores o caballeros de la época
hizo que fuera ampliamente empleada, a pesar de la prohibición por
el concilio de Letran de 1139, quizás por los largos siglos de reconquista.
El uso del arco en los reinos cristianos no se empleo salvo para la caza, en usos bélicos quedo restringido prácticamente a toda la zona de Al-Andalus, quedan constatados algunos casos, como el de compañías de arqueros ingleses cedidos por Eduardo el príncipe de Gales (Príncipe Negro) a Pedro I de Castilla (el Cruel) contra Enrique de Trastamara (Enrique II de Castilla) por el apoyo de Pedro I en la batalla de Nájera. Salvo casos aislados o mercenarios como en este caso su uso fue inexistente por las tropas cristianas.
El uso del arco quedo
restringido en la España medieval a las zonas árabes donde
por su doctrina religiosa se instaba a los creyentes su aprendizaje y uso
de esta arma, hay varias citas del Corán que mencionan a esta arma:
" No tiras cuando tiras, es Dios quien tira". O la cita que es totalmente
explicita al respecto: "Este arco es el poder de Dios, esta cuerda su majestad,
y estas flechas la cólera y el castigo de Dios inflingido a sus
enemigos".
Así mismo quedan reflejado la importancia que se otorga a esta arma en diversos tratados de aprendizaje y utilización de la arquería. También las diferentes tácticas militares de caballería ligera le conferían mucha importancia al uso de arco corto o compuesto lo que denota una amplia difusión, si a ello sumamos los continuos flujos de contingentes militares norte africanos hizo que el arco en sus diferentes formas se estableciera como arma principal en Al-Andalus y se mantuviese su uso.
También se conoció y generalizo el uso de la ballesta en estas tierras y era conocido como arco cristiano o de pie, sobre todo para la infantería andalusí sobre el siglo XII y épocas posteriores como recoge la gran crónica de Alfonso XI y algunos otros textos donde confirma y recomiendan su uso para el asalto y defensa de fortificaciones, como en el ataque almorávide a Toledo donde se utilizaron cosa no muy normal saetas incendiarias. También quedan constatadas en el asedio de Gibraltar.
Fuera de Al-Andalus en la marca superior (actuales Aragón y Cataluña) quedan constatadas la coexistencia del arco y la ballesta en el ejercito musulmán, con los recientes descubrimientos del yacimiento de Zafranales (Fraga, Huesca) donde en se han encontrado en el asentamiento defensivo que constituía un puesto defensivo vigía datado a finales del XI o principios del siglo XII, donde han sido encontradas 39 puntas de saetas con una medida entre 108 y 134 mm de longitud junto con puntas de flecha medidas de 60 a 70 mm. Y una nuez de hueso muy trabajada y decorada con estrías longitudinales.
Las siguientes representaciones de ballesteros están en un capitel del Claustro de Santo Domingo de Silos, fechado en la segunda mitad del siglo XII lo que implica su uso generalizado. La posición de este grabado armando la ballesta implica ya el uso del estribo para su carga y por la posición del brazo la posible utilización de gafa (gancho de carga).
El uso del estribo como
medio de carga indica un mayor uso de esta arma al lograr una facilidad
de carga, cadencia de tiro y mayor potencia de sus vergas (palas). En el
resto de Europa se ha constatado la incorporación de este accesorio
sobre el siglo XIII, aunque se sospecha su utilización anterior.
Los primeros vestigios
arqueológicos de esta arman están fechados a finales del
siglo XII y principios del XIII por la aparición de nueces de ballesta
en los castillos de Torre Grossa de Jijona y en el Castellar de Alcoy y
algunas otras nueces en Calatrava la vieja, en la época de ocupación
musulmana entre las batallas de Alarcos y las Navas de Tolosa. Las piezas
encontradas tanto las cristianas o árabes no dan grandes datos sobre
la construcción de las ballestas ya que sus medidas o formas son
distintas.
Existen algunos grabados
posteriores pero no son fiables hasta los que hay en las Cantigas de Santa
Maria, donde aparecen varios modelos, algunos datos constructivos según
su utilización y sobre todo de los diversos elementos que formaban
estas armas. Basándose en estos grabados más realistas se
pueden sacar diversas conclusiones sobre los datos constructivos.
El más antiguo llamado "A dos pies" es como su nombre indica, consistía en sujetar las vergas con los pies mientras se tensa la cuerda bien a mano o con la gafa (garfio de carga). La incomodidad de este sistema de carga, así como la necesidad de aumentar la potencia. Hizo que se aplicará el sistema llamado: "De estribo" es un sistema parecido al estribo de caballería, lo que permite aplicar mejor la fuerza combinada "Tronco / piernas" del ballestero, sin sobre cargar la espalda por el esfuerzo. Este sistema se impondría, hasta la evolución a sistemas de carga por medio de palancas (pata de cabra) o tornos cuando la potencia de las ballestas creció, o en equipos grandes de defensa de fortificaciones o en buques de la armada.
Basándose en estos gráficos se observan algunas diferencias en los distintos elementos de las ballestas en la España medieval, que agruparemos según los elementos de la ballesta.
Cuerpo o cureña.
Por las representaciones se distinguen dos tipos de cuerpos:
- 1º Uniforme, con una zona más ancha de anclaje de las vergas, en las primeras ballestas la fijación se realizaba mediante cuerdas o tiras de cuero. Posteriormente fueron sujetas por quijeras de metal, que con la evolución permitían tensar rápidamente las vergas por unas cuñas de metal. El cuerpo continua con una forma convexa para el alojamiento de la nuez y de la llave de disparo, se estrecha progresivamente para terminar en la rabera punto de apoyo en el hombro.
- 2º Representado en una sola imagen muy esquemáticamente, en la que el cuerpo se estrecha progresivamente hasta la rabera, sin ningún tipo de concavidad.
Se pueden distinguir cuatro tipos o modelos
de estribos de carga, en función de forma:
- 1º Forma semicircular. Hay dos
variantes, una más simple y la segunda con unos pequeños
resaltes en los extremos. También varia el anclaje del estribo en
las verga, el primer tipo la parte circular esta en la parte externa y
ancla la parte plana del estribo en la verga. En el segundo modelo la parte
semicircular ancla en la verga y la plana en el extremo facilitando así
el apoyo del pie del ballestero para la carga.
2º Forma Trapezoidal. Poco difundida
esta forma y solo en ballesteros musulmanes. La forma más ancha
del trapecio es la que apoya en la verga.
- 3º Formas circulares. Usados solo
por ballesteros musulmanes, llevan dos o tres apéndices rectos en
el aro, probablemente para facilitar la carga al clavar estos clavos en
el suelo por el apoyo del pie y impedir así que se mueva la ballesta
con el esfuerzo de la carga.
Se pueden apreciar dos tipos de vergas
o palas de ballesta:
- 1º Con cara exterior lisa.
- 2º Con la cara exterior en la que
se aprecian, una serie de ondulaciones que sobresalen de la superficie
de la verga, estas ondulaciones se aprecian en grabados de primeros de
siglo XIII, quizás por el material o refuerzo con el que están
construidas.
Las vergas están
coloreadas en los grabados de marrón claro con lo que denotan el
material de construcción.
En la primera mitad
del siglo XIII se habla de las ballestas "cerveras" como más potentes.
Las vergas se reforzaban mediante hueso o cuerno, siguiendo el modelo de
arcos recurvos empleado en Al-Andalus para conseguir mayor potencia. Estos
métodos referidos al cuero se utilizaban en el siglo XII que era
pegado con cola y para consolidar el conjunto se empleaban tendones, el
sistema era alisado con limas.
En el poema de Fernán
González se hacen referencias a los arcos utilizados por los árabes
y turcos reforzados por nervios y a las ballestas cervelas.
Los proyectiles que
lanzan las ballestas han recibido muchos nombres, lo que nunca se han llamado
flechas. Además de saetas también se conocen como: Virotes,
viratones, viras o cuadriellos.
Existen pocos restos
de estas saetas, salvo puntas. Lo que da poca fiabilidad a los grabados
medievales. Se desconoce casi todo de ellos, su longitud, posición
de emplumado o colocado de los estabilizadores, material de estos. Solo
hay vestigios de las puntas que muchas veces es difícil de catalogar
o discriminar si son de saetas o de flechas.
Los principales restos
localizados y fiables datan del siglo XII para ballestas estriberas y para
una cierta potencia. La técnica de fabricación es la misma
que para las flechas, así como sus diseños. Quizás
la única diferencia sea en el grosor de la punta para las saetas.
Las formas son sencillas principalmente romboidales y secciones cuadradas.
Quizás de ellos provengan algunos de sus nombres (cuadriellos).
Tampoco eran comunes las puntas barbadas.
Mantenimiento de las ballestas.
Uno de los temas que
denotan la importancia concedida a estas armas fue la documentación
y obligación al mantenimiento de esta arma. Ya que su complejidad
llevo a ello para asegurar su perfecto funcionamiento en el combate. Ya
que podían quedar imperativas muy fácilmente
Distintas fuentes aseguran
que los ballesteros estaban obligados a saber por ejemplo: repararlas,
realizar sus propias saetas, cuerdas, etc.
Existen varias documentaciones
en la que se reflejan estos datos:
En el titulo XXII. ley VII: "Deberán traer consigo peones que sepan tirar bien con ballesta, et que trayan los aguisamientos que pertenecen a fecho de ballesteria, ca estos homes atales cumplen mucho a fecha de guerra."
En el Titulo XVII, ley IX: "Que sepan facer bien su menester, el que haya ni de ellos que sepan adobar las ballestas et las saetas, et todas las cosas que convienen."
El concejo d Toledo, de 1290 confirma y amplia a Puebla de Acocer el fuero otorgado en 1288: " E mandamos a todos los ballesteros que tengan ballestas enderesÇadas todavía non paguen nada.
Ramón Muntaner
recoge esta necesidad en ( cronica CXXX) de los ballesteros catalanes embarcados
en las naves de "Roger de Lloria" :
"Los ballesteros catalanes son tales que
sabrían hacer una ballesta nueva y cada uno sabe tensar su ballesta,
hacer viras y dardos, y cuerdas, y encordar y atar y todo cuanto al ballestero
corresponda, pues los catalanes no admiten que sea ballestero nadie que
no sepa del principio al fin todo lo a la ballesta se refiere. Por esto
lleva todo su arreo en una caja, como si tuviese que instalar un taller
de ballestería, y ninguna otra gente tiene esto, pues los catalanes
lo aprenden desde que los amamantan y los demás no lo hacen, por
eso los catalanes son los ( ballesteros) mas buenos del mundo...."
Posteriormente hablaremos
de los ballesteros catalanes.
Los grabados de las
cantigas donde aparecen ballestas es la siguiente:
Ballesteros Musulmanes.
Grabado 28 Representa a un sultán sitiando una plaza con ballesteros equipados con lorigones y capelinas para tener más movilidad.
Grabado 187 Representa el cerco de Chincolla.
Grabado 126 Cerco a Elche, se aprecia gafa
para armar la ballesta en el cinturón, se aprecia la forma del gancho
y el orificio central para permitir el uso con la correa.
Ballesteros Cristianos.
Grabado 51 Cerco a una plaza, narra el asalto a una imagen de la Virgen con una saeta por un ballestero equipado por loriga, brafonera, almofar y capelina.
Grabado 126 Intervención quirúrgica aprovechan la potencia de una ballesta para sacar una saeta.
Grabado 154 Soldado corriendo con el cinto relleno de saetas y la ballesta, en la segunda viñeta aparece usando la gafa con la mano derecha y el pie en el estribo en la siguiente imagen se muestra el disparo del arma, con una saeta barbada situada sobre la canal del arma.
Grabado 187 La defensa de Chincolla, se
representa una saeta de punta barbada, no usual en esa época ni
en las ballestas.
Bibliografia
La evolución del armamento medieval en el reino Castellano-Leones
y Al-Andalus (siglos XII-XIV), de Alvaro Soler del Campo
El ejercito en la época del califato Al-Andalus, de Mohammad
Bashir Hasan Radhl
Los materiales islámicos del yacimiento de Zafranes (Fraga,
Huesca), de Félix J. Montón Broto
Historia militar de Cataluña, de F. Xavier Hernández.
Diversas fuentes de web en Internet sobre ballestas, reconstrucciones
y museos.
©Texto y fotos J.
L. Castillo
www.arcomedievo.es.