PONDERING PROJECTILES - REFLEXIONADO SOBRE LOS PROYECTILES


Por Bill Troubridge.

      Se derrocha mucha energía en saber cuál de los cientos de modelos de puntas de caza (Broadhead) tiene el mejor vuelo, cuál deja el rastro de sangre más corto, o tiene mayor fortaleza, pero por mi experiencia se piensa muy poco en el paquete de entrega que pone la punta donde tiene que ir. Por " paquete de entrega" me refiero a la propia flecha.

      No hace muchas décadas sólo había una opción para un proyectil de ballesta, y era la madera. Mi primera ballesta me vino equipada con 6 elegantes flechas de madera personalizadas, flechas que se extendían a las 16 "de longitud y con unas antiguas y buenas puntas Bear Razorhead. Eran de un diámetro bastante grande, probablemente alrededor de 23/64 ó 24/64, que yo recuerde. Por ese entonces mi ballesta Daco Hornet no tienía ni la mitad de la potencia de los equipos de hoy y este equipo más bien cuestionable siguió unido bastante estupendamente. Dicho esto tuve suerte porque la ruina de las flechas de madera era simplemente su tendencia a fallar de forma explosiva por los puntos donde había defectos en la veta cuando son sometidos a las enormes fuerzas de aceleración de las ballestas. Si hubiera empleado un tubo más largo o un arco más potente esas flechas de madera fácilmente podrían haberse destrozado en el momento del disparo, no es un pensamiento agradable. En muy pocos años el uso de la madera para flechas de ballesta casi terminó puesto que los tubos de aluminio se pusieron de moda entre los tiradores de ballesta. Claro, hubo una poca gente que utiliza tubos de fibra de vidrio por aquel entonces, pero a fin de tener la suficiente rigidez tenían que ser bastante pesados, y antes de que lo lograran ¡los tubos de aluminio llevaba la voz cantante!


      La de aluminio de 2117 era el tamaño más o menos donde se estaba a principios los años 80 cuando comenzó Excalibur, y fueron el pináculo del equipamiento de proyectil en ese entonces. Pesaba cerca de 320 granos sin la punta, era relativamente recta, y era inmune a las desintegraciones en la aceleración que habíamos visto con la madera. Con el tiempo se pasó a los tubos de aluminio de 2219, que fue un poco más pesado y tiende a ser mejor para algunas ballestas, se convirtió en el estándar de la industria de la ballesta y es por eso que cada rail de ballesta hecha hoy en día ha sido diseñada alrededor de una flecha de 22/64 de diámetro. Con el paso de los años los tubos de aluminio mejoraron y se abarataron hasta que, como suele suceder, la nueva tecnología llegó para eclipsar su brillo.

      Esa nueva tecnología fueron los tubos de grafito compuesto. Los primeros esfuerzos con este nuevo diseño fueron tubos pultrusionados que requerían "exertos", que eran de mayor diámetro que el tubo a fin de fortalecer los extremos. No eran capaces de funcionar en ballestas, porque los railes no permitiría el uso de exertos. Algunos tubos con una pared muy pesada de grafito pultrusionado se usaron ya que las paredes gruesas proporcionaban la consistencia necesaria para usar insertos, pero la verdadera explosión del uso de grafito en ballestas llegó con el inicio de la técnica de construcción "mandrel wound" con paredes finas en los tubos que utilizamos hoy. A diferencia de los ejes pultrusionados estos ejes tienen fibra que se extiende radialmente alrededor del tubo y lo refuerza de modo que pueden tener paredes muy delgadas y de peso ligero, pero también muy fuertes, y las paredes son lo suficientemente resistentes para permitir la utilización de insertos, que no interfieren con la pista de la ballesta.

      Estos nuevos tubos son actualmente considerados como lo último en proyectiles de nuestro deporte. Permiten pesos muy ligeros para ser utilizado con el fin de reducir tanto el peso total para lograr la velocidad máxima o para permitir el incremento del centro de equilibrio hacia adelante sin un incremento masivo del peso para mejorar el vuelo de las puntas de caza. También son casi a prueba de dobladuras ya que no pueden doblarse por el impacto con una superficie dura como suele ocurrir con las de aluminio, pero ten cuidado porque un aterrizaje brusco puede romper un tubo de grafito en formas que son difíciles de ver, y tuve varios que explotaron en el rail después de haber resultado dañados.

      ¿Y cuál es mi posición sobre todo el tema de la flecha? Bueno, es un hecho un poco conocido que soy algo conservador por naturaleza y mis opiniones siempre reflejarán esto. Todavía estoy atrapado en la década de los 90 en lo que a la elección del tubo se refiere. En mi opinión no había nada malo con el aluminio. Era bastante ligero como para proporcionar un vuelo plano a la flecha, podía ser enderezado fácilmente si era necesario, era más fácil conseguir una buena adherencia de los componentes internos que con el grafito, y podría utilizar pegamento termofusible para el ajuste correcto de las puntas de caza. Además de todo esto, mi queja con los tubos de grafito es su tendencia a soldarse en una diana de espuma cuando impacta, derritiendo la espuma y pegándose a sí mismos en el blanco como la proverbial espada en la piedra. Si los tubos de grafito no se hubiesen inventado nuestro mundo no sería un poco más pobre por ello. La realidad es, sin embargo, que el grafito está aquí para quedarse y supongo que soy parte del problema porque a pesar de todos sus defectos sigo cazando regularmente con ellos debido a su dureza y ese poco de velocidad extra.

      Espero que todos ustedes hayan invernado bien y que su PDHD (depresión post veda del ciervo) haya pasado ya y estén metiendo la barba en el congelador. Practiquen duro, cacen seguros y lo sobre todo diviértanse…… Bill
 
 

Publicado en HBM número de pimavera de 2010
© Traducción: Juan C. Cabrera V.