AÚN EXISTE LA ILUSIÓN.
Algunos compañeros de afición han estado toda la vida cazando con armas de fuego, con bastante fortuna además.

Juan Carlos Ausín es uno de ellos, pero como a muchos de nosotros le picó el gusanillo de buscar algo más.

Con el tiempo se quieren revivir sensaciones y emociones que ya se encontraban embotadas o dormidas con paso de los años.

Después de sopesar diversas opciones se decidió por la ballesta y me contó sus deseos de buscar una. Así pasaron unos meses hasta que consiguió lo que esperaba, su Tenpoint con equipo completo.

Despues de entrenar y con las dudas evidentes que todos tenemos al comenzar con algo nuevo, pudo salir al campo y ponerse a prueba en esta "nueva disciplina" para él (a pesar de toda su experiencia de más de treinta años).

La historia de su primer lance es la que sigue:

Buenos días tocayo.

Gracias por la información, y por solidarizarte conmigo, tengo maravillosas noticias que contarte.

Como sabes, me llegó después de un mes y una semana, la ballesta, así que el mismo martes, ya me puse a probarla, haciendo practicas de tiro a 20 m, más o menos. El miércoles lo intente en un apostadero sin suerte, el jueves y el viernes, seguí disparando a la diana acompañado de mi familia.., el viernes la tarde, me fui a recechar corzos y tire a uno sin resultado aparente..., una pena, me pareció un buen trofeo, la verdad..., no sé dónde pego la flecha, ni encontré el corzo, ni encontré sangre, ni la flecha , ni nada de nada....., en fin, un poco decepcionante...

Más prácticas...., y ayer domingo me fui a hacer una espera a unos trigos que se están comiendo los jabalines.

Ésta es mi historia:

Domingo por la tarde,de vuelta a casa, con la familia en el coche, cada cual prepara sus faenas.
Suena el teléfono, (salta el bluetooth, todos en el coche escuchan la conversación con atención..,), "Que si te vienes a hacer una espera a los trigos esta tarde, que si están haciendo mucho daño, que si entran muchos..., que si, que vamos, ¡¡por mi fenomenal!!".

A las 7:30   paso a buscar al "compañero de fatigas" y nos vamos a cazar, (que bien sienta, un ratito de monte los domingos por la tarde...) Nos repartimos por los cultivos , casi todos son de trigo, algunos muy tocados".

Yo con mi flamante ballesta, me siento tan cazador como con un rifle, al fin y al cabo se parecen, mi compañero se pone con su arco, y ¡¡que Dios reparta suerte!!

Mi cazadero es un valle angosto con monte enfrente y a la izquierda, baja un pequeño regatillo, a pasar por unos riscos que delimitan las tierras de labor", a mi derecha, el valle se amplía en dirección al páramo, y a mi espalda un  par de fajas de monte y matorral, entre los trigos.

Nada más ponerme, veo a mi derecha un "bulto sospechoso", al final de una tierra hay un animal comiendo, de lejos parecía un jabalí, eran tantas las ganas que no tome la precaución de mirar más detenidamente, me fui para allá ciego, relamiéndome...

Me acerqué 200 metros y de repente el jabalí se transformo en corza ¿?, desilusión momentánea y vuelta al puesto.

A los 10 minutos de llegar, veo un cochino de unos 70 Kg, (de este no tenía ninguna duda..,),como se debatía el barro del arroyo, al borde del trigo, a 140 metros de mí, sin dar tiempo a nada, el cochino se marchó hacia el monte corriendo, el sol pegaba con fuerza todavía, eran las 8:45 y no estaba nada confiado...., paciencia, otros vendrán...

Cuando llega al monte lo veo correr junto a otro de igual porte, que lo esperaba en la orilla del matorral, un par de carreras dentro del monte y desaparecieron.

Media hora después veo un poco más abajo en el mismísimo pico final del monte, un jabalí enorme, de más de 100kg que le metía unas buenas cuchilladas a un pequeño arbolito que apenas aguantó los meneos.

Se puso a comer en el mismo borde y yo inmediatamente preparé la "maniobra de aproximación".

Di la vuelta al matorral que tenia a mi espalda, con la intención de no cargar aire, eso me quitó de su vista unos segundos, cuando volví a mirar, ya no estaba, ¡¡maldición!!, ¡algo no estoy haciendo bien!

Como esa tarde parecía que los jabalíes salían al trigo por allí, me bajé con la intención de ponerme a 20 metros del "sufrido" arbolito. No pude llegar allí, 100 metros antes de llegar, apareció otro cochino en escena.

Por el mismo sitio que el grande, un jabalí de unos 50 Kg, bajó al arroyo y por él,  subió bañándose y comiendo sin prisa. Cuando se cansó del barro, empezó a subir despacio por lo más tupido dél trigo.

En ese momento, me intenté acercar, pero era muy pronto, el animal comía con mucho recelo, sólo pude acercarme un poco, quedando a 80 metros de él, enseguida me sintió, dejo de comer y subió la ladera espantado. ¡¡Sigo haciendo algo mal!!

Después de ver como todos los cochinos salían por el mismo sitio, me puse allí.

De camino al arroyo vi correr, por los claros del monte, los dos jabalíes que se bañaron primero. Por fin llegué al sitio.

Estuve mas de una hora de plantón", esperando acontecimientos, y nada, todo tranquilo.

Como la hora de regreso se acercaba, decidí dejarlo y me acerqué a ver las bañas. Todo el arroyo estaba lleno de ellas. Poco a poco me fui acercando al coche, dando por finalizado el día de caza. Una ultima mirada con los prismáticos al valle.

¡¡Mira tu !!, que ha salido otro a comer, vuelta al arroyo , ya tarde( las 10:15).

Me acerqué despacio, el cochino comía tranquilo, el aire, lo tenía bien, me pegaba en la cara, cada vez más cerca. El jabalí, de 50kg más o menos comía solo, mientras bajaba despacio en mi dirección.

Yo iba acercándome a su posición abrigado por los espinos del arroyo, hasta quedar a 60 metros de él.

Con el animal ya enfrente, me fui acercando paso a paso, despacio, milímetro a milímetro...., el cochino tranquilo, se quedó en un punto del trigo, cogiendo grandes bocados de trigo fresco y verde.

Logré acercarme a 41 metros exactamente... con el animal, un par de metros por encima de mi posición.

Llevaba tiempo apoyado en la vara, cundo el jabalí se cruzó,  se le veía muy poco, apenas la cabeza y el lomo..., disparé.

Curioso, ni retroceso (lo esperaba, por culpa de tantos años cazando con rifle..,) ni ruido. Un sonido tipo muelle, un ¡¡TENK!! de disparo, apagado, después un ¡¡POCKH!! de impacto, mucho más difuminado e inmediatamente después un ¡¡OINGGK!! agudo y corto, de dolor, y el jabalí se tiró ladera abajo en dirección al arroyo, se paró un momento, antes de meterse en él y desapareció.

Sabia que la había dado, eso era claro, podía irse al monte y no hizo, lo busqué por el arroyo, pero no vi nada, era ya de noche. Vuelta al coche a buscar al compañero, este ya aburrido me esperaba casi en la carretera, le conté lo sucedido, y vuelta al lugar de los hechos.

Sobre el terreno y con linternas, no tardamos en dar con la sangre en el arroyo. Curiosamente no paro allí, siguió cruzando el trigo en dirección contraria al monte, cada vez tiraba más sangre, muy roja , seguramente pulmonar, recorrió unos pocos metros entre el matorral, y se tumbó , dejando allí mucha sangre, después siguió unos pocos metros más hasta que se tiró otra vez ladera abajo, de vuelta al arroyo.

No pudo más , arrastrándose llegó apenas a 10 metros entre el trigo, donde lo encontramos muerto.Tenía la entrada, en el codillo izquierdo, y la salida, por la base del cuello, mortal de necesidad.

¡Qué grande me pareció..!, (50 Kg, más o menos..,), ¡¡qué bonito es cazar así!!
 
 

©Texto&Fotos Juan Carlos Ausín.